Buscar este blog

lunes, 5 de septiembre de 2022

Mi primer (y casi seguro, único) kart, y algunos consejos.

 Después de unas largas vacaciones, me he encontrado que no sabía que publicar en el blog. De hecho tengo algunos artículos pensados para publicar más adelante, pero no sabía que escribir en este mes de Septiembre, aunque al fin he tenido una buena idea y voy a rellenar un hueco con un artículo muy interesante para mí; escribiré sobre algo que marcó una etapa de mi vida y de paso no permito que el blog se quede inactivo, que ya son dos meses sin publicar y ahora que están bien las visitas merece la pena seguir.

A una edad algo tardía-14 años y cerca de cumplir 15-fuí por primera vez a un karting. Había aprendido a conducir varios años antes, pero decidí tomarme en serio el automovilismo, y me dejaron claro que tendría que empezar con los karts. Mi padre no era rico, y aunque en aquella época ganaba bastante, para mi desgracia jamás me quiso comprar un kart, ni siquiera de los más baratos... lo cual fué en mi opinión un error, porque entonces era más fácil y barato todo esto, y había menos normas y más libertad, pero él lo único que me dejó hacer es rodar con karts de alquiler de vez en cuando.

Como yo también tenía otras prioridades y además fuí escasísimo de dinero durante muchísimo tiempo, entre una cosa y otra no surgió la oportunidad de comprar mi propio kart hasta casi 30 años después de rodar en una pista por primera vez. Y la verdad, tampoco me compré lo más espectacular: me quedé con lo más barato que había, un kart Honda de 4 tiempos y 390cc, viejo y bastante usado, pero aún tenía una decente velocidad punta.


Mi primer kart. Es precioso, al menos tengo un bonito recuerdo de él.


Me encontré que algunas pistas no me dejaban ser socio con ese kart, y tuve que ir a un circuito que fuese barato, no demasiado lejano, y que me dejase rodar y guardar un kart con motor de 4 tiempos.

Y así fué como, durante varios meses, me divertí mucho y mejoré mi técnica de conducción, bastante pero sin grandes alardes. Después, el kart volvió a dar problemas y entre una cosa y otra, me tuve que deshacer de él. Fué algo doloroso, pero mi padre (una vez más) me perjudicó porque no quiso guardarme el kart en su casa, y como yo no tenía sitio para meterlo, pues me ví obligado a quitármelo de encima. Al menos me quedó el consuelo de que lo aproveché bastante el tiempo que lo tuve, ya que rodé con él bastantes veces (en ocasiones hacía más de 90 vueltas al día), y como el kart me salió bastante barato, no perdí mucho.


Si os fijáis en lo gastadísima que está la rueda, comprenderéis lo mucho que aprovechaba el material para reducir gastos.


Nunca me arrepentí de haber comprado ese kart, no sólo por los buenos ratos y la experiencia que gané, sino porque aprendí lo caro que es este deporte. En el 2009, una chica que habló conmigo en un karting me dijo una verdad clara "para hacer algo en el automovilismo, lo más barato es tener un kart, todo lo demás se dispara mucho de precio".

A primera vista, rodar en un karting con "cafeteras" parece caro, 20 euros o más por 10 minutos: pues no lo es tanto porque con un kart de 4 tiempos, sumando gastos y tal, os saldrá más o menos por lo mismo rodar. Con vuestro propio kart, lógicamente rodaréis más porque lo usaréis más días, pero yo hice números y calculando (más o menos) las vueltas que hice con mi kart, me gasté más o menos lo mismo que si hubiera hecho la misma cantidad de vueltas a base de muchas tandas con un kart de alquiler. Si acaso, mi kart era un pelín mejor que los karts de alquiler con motor parecido, porque no estaba limitado, y aunque fuese viejo, tiraba. Así que, más o menos, los gastos son los mismos, y además, hay pistas que tienen ofertas muy  buenas y... te sale más barato hacer un porrón de tantas en kartings así. A todo eso, hay que sumar los quebraderos de cabeza de un kart (mantenimiento y gastos).


Mi mujer llegó a usar el kart dos veces, y hubieran sido más si el dueño del karting no hubiese querido ser tan avaricioso, aunque eso es otra historia.


Y ahora, os voy a dar otros números que, creo, son aplicables a muchas especialidades del motor. Mi kart me costó pocos euros (ahora es casi imposible encontrar uno como el mío a ese precio y en un estado aceptable), pero los gastos -mas o menos- hicieron que el presupuesto se disparase al triple. Es decir, que por cada euro que me costó el kart, había 2 euros más de gastos que hacían que el total subiese al triple. Y con otros vehículos será parecido, pero peor, porque un kart cross que pueda rodar y que tenga un mínimo de calidad se os irá, por lo menos, a 4000 o 5000 euros, pero los gastos de vehículos pueden hacer que el total a invertir sea mucho más del triple... sobre todo si os compráis un fórmula. Aprovecho para decir que un fórmula pequeño os puede costar entre 10000 euros o 25000 si lo queréis en mejor estado, pero para usarlo en circuito y tenerlo a punto, ahí es peor que un kart cross. Y eso si un rico no compra el fómula antes que vosotros, porque en lo que llevamos de año se han vendido bastantes.

Es por eso que yo, sinceramente, no creo que vuelva a tener un kart, porque ya he tenido uno y de gastar, me gustaría invertir en algo más potente... pero mi economía no dá para eso.

Y ahora, para acabar un pequeño resumen de lo que conlleva comprarse cualquier vehículo para este deporte:

VENTAJAS:
-Experiencia y diversión.

DESVENTAJAS:
-Gastos y problemas.

GASTOS:
-Lo que vale el vehículo, su mantenimiento, la pista donde vayas a usarlo, tenerlo guardado,  y su transporte. Parece poco, pero es muchísimo.

 

¡Saludos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario