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sábado, 26 de marzo de 2022

20 años del final del Gym Pedralbes

 Hoy, 26 de Marzo de 2022, se cumplen 20 años del último día que trabajé en el Gym Pedralbes. Pocos días después, ese gimnasio cerraría definitivamente.

Mi trabajo en el Gym Pedralbes fué lo que yo y algunos más llamamos "un trabajo friki": es decir, un trabajo que te mola un montón y que te hace muy feliz, pero por el que te pagan una auténtica miseria... cosa que le viene muy bien a tus jefes (en mi caso jefa), porque les haces ganar un montón de dinero y a ti apenas te pagan cuatro duros.

Mi misión en el gym pedralbes era la de monitor de musculación e instructor de artes marciales, porque aunque ahora soy una sombra de lo que llegué a ser, en su día sabía hacer bien esas dos cosas, y mis clases de artes marciales tuvieron cierto éxito durante el último medio año que estuve allí. En total estuve algo más de 10 meses, lo cual es poco, pero aún así fuí el entrenador de musculación que más tiempo le duró a esa jefa. Además, también hice de entrenador personal, aunque esto no tanto.

Esta foto fué tomada durante mis primeras semanas en el Gym Pedralbes. Estaba contento porque creía, y no me equivoqué, que estaría bien allí. Eran otros tiempos, otra época y otra vida... feliz.

 

En el Gym Pedralbes, además de entrenar a los demás, yo hacía ejercicio gratis, y mezclar ambas cosas me vino bien para perfeccionar mis técnicas de combate, hasta que al final pude acabar mi libro, que no he puesto ni pienso poner en venta, pero quizá algún día me decida a compartir... aunque ahora no tengo ni tiempo ni ganas de pensarlo, y no es el tema que estoy tratando ahora.

Por supuesto, me hice bastante fuerte, levantaba muchísimo peso en los ejercicios, aunque de forma muy poco estricta; sin embargo, coincidió con mi época de mayor fortaleza física. Corriendo aún era algo decente, pero el aumento de mi peso corporal me hizo perder ritmo a la hora de correr largas distancias, aunque con las pesas era cuando más fuerza tenía: después de eso fuí perdiendo cualidades, muy lentamente, pero cuando se acabó el Gym Pedralbes yo ya tenía claro que nunca volvería a ser tan fuerte, sobre todo si no me dopaba.

El Gym Pedralbes era un sitio agradable, del que tengo varias anécdotas entrañables en mis recuerdos. Una de ellas fué que, después de que mi jefa dijera que quería traspasarlo, yo ya me mentalicé de que algún día eso se acabaría, y un día que estaba yo solo en la sauna la mar de tranquilo, me dije a mí mismo  "Disfruta de este momento, porque no se va a volver a repetir". Fué entonces cuando aprendí a "capturar" ciertos momentos de mi vida, porque todo es efímero, especialmente lo bueno. Por supuesto que también he logrado retener momentos buenos de épocas pasadas, pero desde aquel momento lo hago mejor.

Fué allí, en ese gimnasio, donde además aprendí a conocer a la gente rica, y aquí viene lo malo de la
experiencia, porque la gente de pasta es, si cabe, tan falsa o más que la gente "pobre". Siempre habíamos tenido una buena relación, pero cuando estuve de baja durante -más o menos- un par de semanas, una amiga y compañera de trabajo me avisó de que querían hacerme la cama y de que no me fiara de ellos. Por supuesto no todos eran malos, los había que realmente me apreciaban, pero en general eran unos falsos.

Y así vino otra cosa del Gym Pedralbes, que allí yo aprendé a tratar bien a la gente rica, y a más de uno le metí caña, en plan sargento de hierro, cosa de la que me siento orgulloso. Muchos años después, en el circuito de Montmeló, volví a humillar a la gente rica... me pregunto si alguna vez volveré a tener la oportunidad de hacerlo, hehehe.

 

Poder entrenar con espadas en un gimnasio sin ser tú el dueño... eso es auténtica libertad, y oportunidad bien aprovechada.

 

Después del Gym Pedralbes, soñé con él bastantes veces. No fué durante todas las noches, pero cada varias semanas soñaba con ese gimnasio, con un lugar que se le parecía, o con cosas o gente relacionada con ese gimnasio. A medida que pasaron los años, estos sueños fueron cada vez menos frecuentes, y ahora no sabría decir cuando fué la última vez que soñé con el Gym.

Pero el recuerdo del Gym Pedralbes nunca se irá del todo. Durante bastante tiempo, si me hubieran dicho de volver a trabajar en ese gimnasio o en otro que fuera muy muy parecido, hubiera aceptado sin dudarlo; desde hace algún tiempo ya no siento eso igual, pero de todas formas, ese Gym fué uno de los mejores momentos de mi vida... aunque eso sí, mejor que haya durado menos de un año.

Por cierto, una anécdota más para terminar. Una clienta de ese gimnasio era una chica filipina bastante guapa que se llamaba Ana, pero que a la pobre no hice mucho caso. La recordé, y un día dije que si volvía a conocer a una filipina dulce como ella, no la dejaría escapar. Y así hasta hoy, en el que sigo casado con mi dulce mujer filipina. Como véis, ¡el Gym Pedralbes fué mucho más importante de lo que puede parecer a simple vista!

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