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viernes, 13 de diciembre de 2019

ENTRADA 100: MI CARTA A LOS REYES MAGOS.

En principio iba a dejar esta entrada número 100 para más adelante, y hoy sólo quería publicar los videos que grabé de los helicópteros, pero, ¿para qué esperar?

Esta es mi carta a los reyes magos, no recuerdo si de pequeño hice alguna, pero esta la he escrito con sinceridad, y creedme, desde lo más profundo de mi corazón. Podéis agrandar la imagen:

Ojalá todo lo que pido se cumpla, en especial el segundo y el último punto.
 
En realidad, el último punto no lo sé, pero algo de esperanza me queda, y el segundo se cumplirá seguro, porque si algo bueno tiene la muerte, es que también se lleva a los gilipollas por delante.
Feliz Navidad a quién se lo merezca, y gracias a todos los/as lectores/as de mi blog (incluso a aquellos con los que me haya enfadado antes, os mando un saludo-tregua).

¿Seguirá La torre de Shark? En principio creo que sí, pero supongo que menos que antes.

¡BUEN AÑO! ¡Y no olvidéis a vuestros seres queridos, tanto a los que ya no están como a los que aún siguen en este mundo de mierda!

Helicópteros militares en Filipinas

Buenas gente, os paso estos videos, tenía ganas de compartirlos. Uno de los motivos por los que he decidido hacerlo hoy es porque es viernes 13, y el ruido de fondo de los videos suena un poco terrorífico, nada más.
 
En fin, que viajar es una mierda (además de carísimo y cansado), y el país de mi mujer también. Es muy poco probable que vuelva a viajar, al menos a ese cutre-estado, pero bienvenido sea este regalo que me recuerda a las películas de Vietnam que tanto me gustaban de adolescente. Y este video es real, hoyga.



Y estos son los dos helicópteros calentando motores y despegando. Fin.

Ni playas, ni tías buenas, ni hostias: esto es lo más auténtico que me he encontrado en ese país. Lástima que no haya podido conducir un jeep allá, pero tampoco importa porque yo llevaba jeeps en el ejército epañó con 17 años, eah.

Espero que sus hayan gustao los videos, los he hecho con todo mi amor (es decir, con ninguno). Que paseis unos buenos días, y preparaos para la entrada numero 100 de este blog. Próximamente, aquí, en La torre de Shark.

martes, 3 de diciembre de 2019

Megatorneo de Dungeons&Dragons

Octubre es para mí el mejor mes del año, primero porque es mi cumpleaños, segundo porque ya se va del todo (o casi) el calor del verano, tercero porque hay cosas interesantes como la festividad de Halloween, y para terminar: porque es uno de los meses en los que más apetece jugar (y comprar).

En verano da palo jugar a juegos de mesa, porque a la más mínima te pones a sudar, pero cuando llega el fresquito, te puedes hartar a tirar dados. Y para octubre de este año, tenía pensado jugar un montón a Dungeons&Dragons. Tengo bastantes miniaturas, el juego Dragonstrike, y los manuales de las ediciones 3 y 4... y en el caso de la cuarta edición (que a mí me encanta y me la suda lo que opinen otros), tengo los tres manuales de monstruos.
Entre los manuales, figuras, tablero y demás, la mesa estaba llena.

En un principio, pensé en hacer una campaña con un solo personaje, lo típico de hacerse cada vez más fuerte e ir avanzando, pero al final decidí hacer un megatorneo en el que participaron 128 figuras distintas, es decir, casi todas las que tengo. Descarté figuras que no salen en la cuarta edición, y algunas más, pero sin prescindir de los monstruos más interesantes. Con algunos tuneos propios, y la ayuda de los manuales, era cuestión de echarse a jugar.

El torneo tenía 128 participantes, desde monstruos únicos hasta esbirros más normales. Por supuesto, para no repetir figuras, sólo participó un esqueleto, un grel, un oso de caverna, etc. Era un torneo de eliminación pura, y de desgaste. Los 128 contendientes se enfrentaban entre sí en combates únicos de uno contra otro, para que así los 64 vencedores se midiesen en la segunda ronda, luego 32... y así hasta que en la sèptima ronda sólo quedaban dos. El sorteo estableció todo el cuadro, así que se podía saber quienes tenían más posibilidades de pasar ronda, y como iban a ser algunos de los enfrentamientos más interesantes.
Clasificados cuarto y tercero del torneo.

Lo "malo" del torneo, es que la final no se disputó. Los mejores contendientes fueron el Dragón rojo Ashardalon, y el Dragón de Hierro antiguo. Pintaba un combate muy interesante, pero para dar un golpe de escena, el Dragón de Hierro decidió renunciar y conformarse con el subcampeonato sin disputar la final. El porqué era evidente: Ashardalon llegó a la final con bastantes más puntos de vida, tenia un poder de ataque bastante más alto, y más Clase de Armadura. En realidad, era casi imposible que Ashardalon perdiese. Al final, el torneo quedó así:

-Campeón:    Dragón rojo Ashardalon
-Subcampeón: Dragón de Hierro Antiguo
-Tercero:    Aspecto de Demogorgon
-Cuarto:     Tiranosaurio

En realidad, los clasificados tercero y cuarto empataron porque fueron semifinalistas y no se enfrentaron entre ellos, en este torneo no hubo combate por el tercer y cuarto puesto porque fue un torneo de desgaste, en el que los clasificados para la siguiente ronda no recuperaban ni un solo punto de vida perdido anteriormente. Lo que hizo que Demogorgon lograse el tercer puesto fue que llegó a su semifinal con muchos más puntos de vida. El tiranosaurio perdió su semifinal contra Ashardalon, pero llegó tan debilitado, que no duró prácticamente nada. De todas formas, queda claro que los mejores fueron los dos grandes dragones que tengo, y que los otros semifinalistas merecen mucho respeto.
Y los dos grandes dragones fueron los finalistas. El torneo estuvo muy bien, pero la verdad es que no hubo grandes sorpresas.

Como anécdota, decir que mi bárbaro gladiador favorito cayó en la segunda ronda... porque por culpa del sorteo, en ella le tocó enfrentarse al mismísimo Ashardalon. Hizo un combate digno y llegó a herir algo al gran dragón rojo, pero hubiera sido necesario casi un milagro para pasar.

Ah, y sin duda la revelación del torneo fue el a priori débil esqueleto (que en D&D no es tan peligroso como en otros juegos de rol o videojuegos): llegó a la tercera ronda y fué aplaudido tras caer eliminado

Sinceramente, no creo que vuelva a hacer este megatorneo, porque es casi imposible derrotar a Ashardalon de esta manera, pero ha sido una pasada hacer un total de 126 combates durante casi una semana, de lunes a sábado: ¡Como en los viejos tiempos!

sábado, 23 de noviembre de 2019

Mi despedida del Karting

Quería tener una despedida digna del karting, algo que no era fácil, porque debo admitir que he perdido algunas facultades, y aunque gracias al kart que tuve mejoré mi técnica, ya soy más mayor, más gordo... y más lento. La última carrera que hice (de la que no pienso escribir), fue un desastre y tenía demasiado nivel (muy poco me quedó para ser el último); pero eso no fué lo peor, ya que se me estropeó mi kart, dejé de correr y de entrenar, y perdí el nivel que había conseguido a primeros de año.

Ya cuando hice aquella última carrera, pensé en dejarlo, pero no quería sin hacer algo más decente, tuve varias ideas en la cabeza y ninguna pudo ser, hasta que al final, de forma casi improvisada, rodé por última vez en un kart. Y esta vez sí: ya no pienso volver a montar en un kart, a no ser que a mis padres o a mí nos tocase la lotería.
El Karting Vendrell era el mejor sitio para despedirse: allí empecé, y allí terminé.

¿Qué es lo que hice? Pues quería despedirme del karting en el mismo lugar en el que empecé hace ya 30 años, en el Karting Vendrell, y rodé con un kart de alquiler de 2 tiempos. Me divertí mucho y valió la pena, fue una despedida que me dejó con buen sabor de boca, pero también me dejó claro que no valía la pena seguir montando en karts.

Mi primer objetivo con el kart de 2 tiempos era no estrellarme ni hacer trompos, y aunque el kart me dió muchos latigazos (sobre todo al principio), no cometí ningún error, y lo controlé perfectamente. En ese sentido, bastante bien. Teniendo en cuenta que llevaba 8 meses sin montar en karts, y que era la primera vez que rodaba con uno así, lo hice bien; aunque los tiempos no fueron buenos, tampoco eran malos, porque es normal rodar 3 o 4 segundos más lento si lo has dejado durante varios meses.
Igual que las motos de 500 eran más difíciles de controlar pero más lentas que las de motogp, hoy día hay karts de alquiler de 4 tiempos que van tan rápidos como los de alquiler de 2 tiempos, siendo estos últimos más difíciles de llevar.

Conseguí rodar más rápido que con un kart de alquiler de 4 tiempos, que no era tan fácil porque las últimas veces que piloté un kart de esos en Vendrell, me dieron uno de los más rápidos, y la diferencia entre el 2t de alquiler y el número 5 de los de 4t (con el que gané algunas tandas, una de ellas de forma heroica), era pequeña. Además, tanto el mecánico Paco como la chica de la cafetería ya me avisaron que estos karts de 2t son más difíciles de llevar, pero que no hay mucha diferencia respecto a los de 4 tiempos en cuanto a prestaciones. Estos karts de alquiler de 2 tiempos están capados, y la verdad es que si no fuera así, muchos clientes podrían tener accidentes, algunos gordos.

Me divertí, pero he de confesar que hubo momentos en los que me aburrí. Físicamente no tuve problemas para aguantar las 8 vueltas que hice, salvo algunas molestias en los antebrazos al final, pero después de mejorar vuelta a vuelta, en las 2 últimas bajé un poco el ritmo; no perdí la concentración ni cometí ningún error, pero si lo sé me hubiera seguido concentrando para ver si así mejoraba aún algo más mis registros. Es como si en las últimas 2 vueltas hubiese perdido la motivación, y de hecho, una cosa pensé durante unos instantes "Este kart está guapo, pero si me comprase uno y me hiciese socio aquí, también acabaría cansándome y aburriéndome de él". Y de hecho, antes de las carreras que hice en febrero, me aburrí de entrenar en el Karting Comaruga, cuando aún tenía mi kart Honda.
Aunque estos karts de alquiler de 2 tiempos son bastante divertidos, es muy penoso que sean más o menos tan rápidos como los karts de alquiler de 4t que había hace 15 años. Sacacuartos inside.

La primera vez que rodé en el Karting Vendrell fué un domingo por la tarde de Septiembre de 1989, aunque no recuerdo el día exacto, y me llevó mi padre, poco antes de que yo cumpliese 15 años. Resulta curioso que yo haya aprendido a conducir coches de turismo varios años antes de mi primera experiencia seria con karts de verdad. Y el 30 de octubre de 2019, y ya con 45 años, me despedí.

Lo mejor de mi última misión fue el hecho de que, aunque los cronos no fueran gran cosa porque estaba desentrenado, y el kart tampoco era una maravilla al estar capado, piloté y controlé una máquina distinta y algo más complicada de lo que conocía: y siempre es bueno adquirir experiencia.
Fue una despedida digna del Karting, pero la conclusión es la de siempre: si quieres ir más rápido tienes que gastar dinero de forma casi constante, porque si dejas de ir varios meses, algo empeoras.

En fin, se acabaron los karts para mí. Puede que hable más de mis experiencias en este blog, pero para hacer un resumen, conseguí un poco de todo: ganar una carrera (sin contar una en la que fuí el mejor de los tíos de más de 80 kilos, la del 10 de febrero en Cardedeu); probar un kart de 2 tiempos; tener un kart propio durante un tiempo; tener piques contra karts de competición llevando yo uno de alquiler, llegando a adelantarlos a veces y evitando que uno mucho más rápido me alcanzase en Comaruga; rodando una vez en pista mojada haciendo mejores tiempos que otros fanáticos; rodar de noche y contra más gente; etc, etc.

Muchas gracias, mundo del karting, por haberme divertido y haberme enseñado. Me hubiera gustado tener mucha más pasta para haber acumulado aún más experiencias, y también me hubiera gustado pesar menos para haber ido mucho más rápido en mis últimas carreras (todo hay que decirlo), pero ahora ha llegado el momento de cambiar de aires. Tengo poco dinero, y si algún día quiero seguir con la gasolina, necesito probar otras cosas. Gracias por leerme. Gassssss.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Juegos de mesa: análisis del Battle Masters

Primero fue el HeroQuest, ambientado en Warhammer Fantasy, y poco más podemos añadir de él, aunque si queréis podéis releer mi reseña; después vino el Cruzada Estelar, de Warhammer 40k, juegazo a la altura de HeroQuest; y finalmente vino el Battle Masters, que volvía a situarnos en Warhammer Fantasy, pero en lugar de ser un Dungeon crawler, nos llevaba a una batalla campal: ahora que lo pienso, ojalá hubieran hecho un juego de batallas como el Battle Masters, pero ambientado en Warhammer 40k.
El campo de batalla desplegado. Siempre podéis doblar el tapete si la mesa no es lo bastante grande.

Un juego espectacular, con una caja enorme, más de 100 miniaturas, una imponente torre que es importante en la batalla además de crear ambientación, un tapete espectacular, etc. Sólo la portada de la caja es impresionante y preciosa. Pero el juego en sí, es sencillísimo, aunque tiene algunos detalles que nos pueden permitir "complicarlo" un poco, e incluso con reglas caseras podemos volverlo más complejo.
Y en este lado del campo de batalla, ¡las fuerzas del imperio!

Pero lo único que hay que hacer es, colocar las distintas unidades de cada bando en los extremos opuestos del campo de batalla, colocar la torre, e ir sacando cartas. Cada carta nos dirá que unidad se mueve, y cuando los arqueros (o ballesteros) tengan al enemigo a tiro, atacarán; el cañón podrá atacar en cualquier distancia, y las demás unidades podrán atacar siempre que tengan un enemigo en una casilla conlindante. Cada unidad tiene 3 puntos de vida, menos el ogro, que tiene seis, y tira el número de dados marcado en la base-peana, tanto al atacar como al defenderse.
Y en el otro lado del campo de batalla: ¡las fuerzas del Caos! (que dicen que son los malos, pero es igual, a la hora de la verdad todos roban XD)

La torre puede ser ocupada por cualquier unidad, menos el cañón, jinetes, o el ogro, y la unidad que llegue allí primero tendrá un dado más, y el enemigo que la ataque un dado menos. La torre puede ser destruida si recibe 3 impactos del gran cañón. El juego termina cuando uno de los dos ejércitos ha perdido a todas sus unidades, pero por supuesto que pueden implantarse reglas que impongan otras condiciones de victoria (o de derrota).
La pedazo de torre del juego. Señalada por el dedo de "dios" y todo. Ahora en serio, la verdad es que mola mucho esta torre.

Esto es simple,pero funciona de forma magistral, ya que nos pone sobre la mesa un juego completamente aleatorio, y que además se puede jugar perfectamente en solitario. Lo único que me preocupaba de este juego es el enorme tamaño de su tablero, que exige una mesa enorme, pero el tapete se puede doblar, y basta perfectamente con jugar con medio "tablero"... aunque si lo deseáis, podéis hacer como si fueráis críos y jugar de rodillas en el suelo. Lo único malo del juego es que tarda bastante en ser montado, pero luego recogerlo es mucho más rápido, y creedme que vale la pena jugarlo y disfrutarlo.
Los ballesteros resistieron como jabatos en esta batalla, pero lamentablemente era muy difícil remontar el mal inicio del combate. De todas maneras, en mi casa: Imperio,8-Caos,5.

En fin, un juegazo impresionante, que no debe faltar en cualquier colección, a no ser que no tengáis espacio en casa.

martes, 8 de octubre de 2019

Thunder road: otro juego de mesa estilo Mad Max

La portada deja bien claro de qué va este juego.

Thunder road es un juego de mesa distribuido por MB juegos de temática Mad Max. Es un juego bastante sencillo, para partidas cortas. Salió allá por 1986, antes de que apareciese el mítico Dark future, y llama la atención que, teniendo en cuenta su antigüedad, viene con un aceptable número de miniaturas. Lo bueno del juego, es que es fácilmente tuneable, así que podremos adaptarlo fácilmente a nuestras necesidades: que sería de los juegos sin los tuneos, por mucho que algunos subnormales se empeñen en decir que modificar las reglas es maaalo.
Yo empiezo mis partidas con el buggy verde. En la foto se aprecia un girocóptero y un buggy enemigo, además de 2 "peatones" que no vienen con el juego original.

El juego simplemente trae las miniaturas de los coches y de 4 girocópteros (al más puro estilo de las películas Mad Max 2 y 3), un tablero modular de 2 partes, los dados, el manual de instrucciones, y la caja. No es un juego muy difícil de encontrar en ebay, pero conseguir comprarlo a un buen precio (como me pasó a mí), es algo más complicado.
El juego es corto en componentes: 24 figuras, 6 dados, tablero modular en dos partes, y las instrucciones. Pero no está tan mal si tenemos en cuenta que tiene 33 años ya.

En principio, tenemos 4 vehículos distintos representados en 4 colores diferentes (buggy, coche, una especie de camión, y el girocóptero/autogiro), y 8 coches negros que vienen a simbolizar los coches destruidos, pero que yo prefiero usarlos como si fueran normales y operativos. En teoría, la idea es que cada "banda" (los vehículos de cada color), venza a las otras, bien eliminando a los otros vehículos, bien llegando al final antes, o ambas cosas a la vez. El tablero es modular, pero viene en solo 2 piezas, de forma que cuando lleguemos al final del segundo tablero, podemos volver a llevar la primera pieza al final de la segunda, y así hasta que termine la partida, o hasta que nos cansemos.
Arriba a la derecha se aprecia una especie de camión, el vehículo más grande del juego, y más difícil de destruir.

El sistema de combate es muy simple: para eliminar un buggy tienes que sacar al menos un 4 con el dado, un 5 para eliminar el coche, y un 6 para eliminar el camión. Yo añado la regla de que puedes usar 3 dados para disparar a un enemigo conlindante (2 si es el autogiro), pero debes restar 1 dado si hay más de una casilla de distancia, con lo que no puedes eliminar el autogiro/girocóptero si está a más de 2 casillas de tí. Para eliminar los coches negros y el autogiro, también hay que sacar un 4.
La aventura continúa, y los enemigos van cayendo a medida que avanzamos.

Otra variante de juego que me inventé yo es empezar con un buggy (con varios puntos de vida porque si no sería imposible), e ir sumando puntos a medida que elimines enemigos e indefensos peatones; a partir de ciertos puntos pasas a usar el coche, después de X puntos más el camión, y finalmente te enfrentas a un enemigo final (en mi caso con un pequeño pero bonito coche que me encontré).
Y jugando con mis reglas caseras, al "subir de nivel" pasamos de tener un buggy a manejar un coche, mayor y con mejor blindaje.

Es un juego que evidentemente está superado, pero tiene unas miniaturas de vehículos que además de ser bonitas consiguen que la temática esté muy presente en las partidas. Gusta a todos los fans de este tipo de juegos, como es mi caso. Si podéis pillarlo por 30 euros o menos, yo no me lo pensaría, a no ser que prefiráis juegos más noños o "pacíficos". Saludos.
Y como toque personal, un cochecito que me encontré hace de "jefe final", por así decirlo.

viernes, 4 de octubre de 2019

Comparativa entre los años 80 y la actualidad

Hace un año, en mi otro blog, escribí un artículo sobre los años 80. En general, aunque ya empezaron a pudrirse cosas, no cabe duda que esa década fue mil veces mejor que la actual, y no es nostalgia: a lo mejor no sentiríamos tanta nostalgia si las cosas no fueran decayendo tanto. Debo decir que los mongos haters de los 80 (como cierto humorísta de tres al cuarto que no quiero mencionar para no darle publicidad), se han dado un golpe en la cabeza o se han pasado demasiadas horas con el móvil para ser tan memos. Pero en fin, sin más dilación, doce imágenes valen más que un millón de palabras. Juzguen ustedes mismos.

(Instrucciones): Os recomiendo que cliquéis sobre cualquier foto para agrandarla y que luego os vayáis desplazando. De nada, fistros.

ALELAOS, que los que pensáis que los ochenta eran peores, SOIS UNOS ALELAOS.

sábado, 24 de agosto de 2019

Visita al corte inglés de plaza Calvo Sotelo

Muchas veces he pasado por la plaza Calvo Sotelo de barcelona, y digo barcelona porque esa parte de la ciudad es más digna que otras zonas, que son más bien mierdalona. La parte de arriba es más bonita, mucho mejor que las zonas de fiesta de la costa, o que la pija y megacara zona de plaza cacaluña y paseo de gracia, que para ser tan exclusivas están bastante sucias.
Mi mujer y yo posando delante de las escalas mecánicas.

Recuerdo que de pequeño, cuando íbamos en coche con mi padre, ví el centro de Galerías Preciados que había allí, y consiguió llamarme un poco la atención. Nunca entré a un Galerías Preciados. Los años pasaban, y ese Galerías Preciados se convirtió en un Corte Inglés. Me seguía despertando curiosidad, porque en algunas plantas se veía la gente desde fuera. Muchas veces pasé andando y/o en autobús, pero seguía sin entrar, aunque si entré en otros corte inglés, e incluso llegué a trabajar en uno.
Playstation 4 de exposición. Sigue siendo bueno que te dejen probarla gratis, aunque sea por unos minutos.

Finalmente, me enteré de la noticia de que este Corte inglés de Calvo Sotelo iba a ser vendido, y que seguiría abierto por más de un año, pero que después desparecería. Entonces, me animé a  visitarlo con mi mujer. Fue bonito, aunque sólo comprarmos una cosa barata, pero me gustó porque fue como entrar un poco al Galerías Preciados de los 80 y al Corte inglés a la vez. Además, aproveché para pasar por algunos ventanales que yo veía desde la parada de autobús cercana: por una vez estábamos dentro y no fuera.
Otro juego más de Dragon Ball, no sé exactamente cuál es, XD. Pero me siguen gustando estos juegos, aunque la serie en sí ya no me interesa tanto.

Y además, mi mujer y yo jugamos un poco a la Playstation 4 que tenían de exposición, a un juego de Dragon Ball, y he de reconocer que si mi mujer practicase quizá podría llegar a ser una rival dura en esos juegos, ya que por momentos me consiguió golpear.
Recuerdo para la posteridad: no creo que nunca me interese pillarme la ps4; no todos los días me pongo a jugar en centros comerciales; y este Corte Inglés cerrará, creo que en el 2020.

También fué curioso esa partida, porque ya hace décadas que en los centros comerciales ponen los ordenadores y/o consolas de moda a disposición de quién quiera probarlos. Los videojuegos y las máquinas han cambiado, pero mirándolo friamente, en el fondo no hay tanta diferencia. Ya sabemos
que el spectrum no volverá nunca al corte inglés, pero juegos como el Dragon Ball Raging Blast tienen exactamente la misma misión.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Adiós a los gimnasios de barrio

Me saqué el título de monitor (entrenador) de musculación y culturismo en 1998. Empecé a buscar trabajo en gimnasios, y donde más suerte tuve fue en los gimnasios de barrio, los gimnasios de toda la vida. Ya a finales del milenio pasado, estos gimnasios estaban mejor equipados; aunque eran más pequeños tenían mejores entrenadores y mejor material. Sin embargo, no podían competir contra las tarifas bajísimas que ofrecían en los polideportivos municipales.

Los mafiosos ayuntamientos, en colaboración con infames empresas que los gestionan, disponían de unas instalaciones grandes, pero mal equipadas, y de un personal muchas veces enchufado, con poca o ninguna valía para dirigir una sala. Pero amigo, yo allá por el 2003 apenas pagaba entre 15 y 18 euros al mes para ir al gimnasio. Así que, ante esa tesitura, era lógico que mucha gente prefiriese ir a los polideportivos municipales, habida cuenta que la mayoría de clientes son gente de bajo nivel a quiénes no les importa mucho que haya más o menos peso en la sala.


Esta es una copia (la original está en color) de la carta de recomendación que me dieron al finalizar mi "misión" en el Gym Pedralbes. Esos gimnasios tenían sus defectos, pero al menos allí reconocieron mi trabajo bien hecho: en los gimnasios de ayuntamientos y enchufados casi todos son inútiles.


Y así fue como, poco a poco, los gimnasios de barrio fueron perdiendo clientes, cosa que les hizo desaparecer. Ya no sé cuántos quedan en barcelona, pero mi querido Gym Pedralbes, para que sirva de ejemplo, desapareció en el 2002: yo fuí el último entrenador de musculación y de artes marciales del Gym Pedralbes.

Pero lo más infame de todo, lo que más me repugna, es que una vez los criminales y sucios ayuntamientos lograron eliminar prácticamente toda su competencia, éstos dispararon los precios. Ahora, los polideportivos municipales tienen cuotas que, al menos en la provincia de mierdalona, rara vez bajan de los 40 euros al mes: más del doble de lo que llegué a pagar yo en su día. Y encima, para más inri, no todos estos gimnasios han mejorado su servicio, ya que hay uno cerca de mi casa que sigue con escaso peso, con el mismo equipamiento de hace 13 años: este polideportivo muncipal en cuestión no tiene ninguna triste banqueta para hacer press de banca, y si no fuera por la multipower, sería imposible entrenar allí.

En fin, una pena, aunque al menos nadie me podrá quitar esa buena época que viví mientras fuí entrenador en el Gym Pedralbes. Sirva esta entrada como homenaje a los gimnasios de barrio.

sábado, 17 de agosto de 2019

Exposición Madelman

El 16 de julio, mi mujer y yo fuimos al centro comercial de La illa Diagonal. Esto en sí no sería nada interesante, pero me llevé una agradable sorpresa dentro, porque había una exposición de Madelman seguramente de coleccionistas.
Lo mejor es que también había algunas figuras de los Masters del Universo, Geyperman, Playmobil... y Airgam boys (aunque pocos), en algunas fotos se aprecian las figuras que no eran Madelman.
Una agradable visita, que rememora viejos tiempos, y aunque yo no tuve ningún muñeco de Madelman, si que tengo su astronave MX-7 (que de pequeño usaba con Airgam boys y que ahora es "pilotada" por Thundercats del 2011).
 También tuve de pequeño un helicóptero Madelman sin los patines.
De no ser por lo caros que son los muñecos Madelman (quitando los que reeditaron, creo que con Altaya hace no muchos años), a mi me gustaría tenerlos, pero entre su precio alto, la falta de espacio, y que de pequeño no los tuve, al menos ahora mismo no son una prioridad.
Afortunadamente, mientras algunos sigamos teniendo cosas como estas, estos maravillosos juguetes no desaparecerán. Un saludo a los amantes de las figuras de acción clásicas.

domingo, 30 de junio de 2019

Rambo 5: ¿se suicidará?

Normalmente, suelo hacer las entradas de este blog largas, salvo en algunas contadas excepciones, como va a ser el caso.

Últimamente, he estado buscando películas de serie B (y de serie Z) de estilo Mad Max, y por suerte he encontrado unas cuantas. Durante mis búsquedas, he leído algunas opiniones de otros blogueros, y aunque ahora no recuerdo seguro quién, creo que ha sido en el blog de Miguel Juan Payán (que no se actualiza desde hace más de 6 años), donde he leído que los trailers deberían ser eliminados, porque dan pistas más que suficientes de las películas, haciéndolas perder la emoción, como si abrieramos un spoiler. Estoy totalmente de acuerdo en eso.

Volviendo a mi búsqueda de pelis estilo Mad Max, ya había encontrado algunas, y tuve la suerte de bajarme una de ellas por el emule en pocas horas; se iba acabando mi búsqueda, y se me ocurrió bajar más películas de otros géneros que me gustasen. Como en su día ya conseguí bastantes películas de espada y brujería de serie B, pensé que debería mirar de encontrar películas estilo Rambo. No es tan fácil, porque los buscadores de google y de bing no son tan buenos como deberían, pero el caso es que, al buscar, ví que en Septiembre de este año (el día 20, creo), se va a estrenar la quinta película de Rambo, que se llamará "Last blood" (Última sangre).

Después de esto, vi el trailer... y queda claro lo que, para mí, es un spoiler en toda regla. Ojo, que a lo mejor me equivoco y quedo como un tonto, pero vamos, yo no os voy a hacer ningún spoiler, no soy ni adivino ni experto en cine, y no sé cuál será el final de Rambo 5, pero al final del trailer se ve claramente como coge un cuchillo y parece que se lo clava a sí mismo.

El tiempo dirá, pero si unimos esa escena que se ve en el trailer, el hecho de que Stallone diga que "Rambo V va a tener un final que nos sorprenderá a todos, y que tiene más drama que acción", y el hecho de que se llame "Last blood", creo que tenemos bastantes pistas.

Personalmente, para mi la mejor película de Rambo es la primera, pero las que más me gustan son la 2 y luego la 3. John Rambo (la cuarta), la ví en cine dos veces y me encantó en su día, más que nada porque no me esperaba gran cosa y logró sorprenderme para bien... pero para mí le faltaba un poco (o no tan poco) la esencia de las anteriores.

Ya veremos como será la quinta, yo no sé si iré a verla en cine, pero a mi mujer le gustaron las pelis de Rambo 2 y 3, así que quizá vayamos a verla. Lo malo es que, creo que sé como va a acabar.

martes, 18 de junio de 2019

Mi primer coche: un Renault Twingo

En realidad, el primer coche de turismo que conducí, fue el Seat 124 D/LS de mi padre, y también fué el primer auto que tuvo mi padre. Allá por primavera del 86, cuando yo tenía 11 años, conduje por primera vez, y la verdad es que no se me dió nada mal, creo que no llegué a calar el coche ninguna sola vez ese día. Por suerte, tuve más ocasiones de conducir ese fantástico coche (ay, como molaban los coches de antes). Y aprovecho para decir (se acerca ataque de nostalgia), que antes los coches eran más divertidos que los de ahora, pero sobre todo, que antes no nos tenían tan absurdamente controlados, y era más fácil coger un coche a los 11 años. Y ojo, que conste que podría haber aprendido a conducir antes, porque creo que tenía 6 o 7 años (o quizá menos), cuando tambien mi padre me enseñó a conducir una carretilla elevadora, que por aquel entonces y todavía hoy, mucha gente los llama toros.
Posando dentro de mi primer coche. Casi mejor que no se me vea la cara.

Después, con los años, conduje otros modelos, y el segundo coche de mi padre (un Ford Orion 16.i Ghia), fue el primero con el que llegué a los 100 por hora (al menos puse la aguja de velocidad en 110). Fue en un polígono industrial, y vuelvo a la nostalgia, antes no había tanta vigilancia como ahora, y era más fácil hacer estas cosas: ahora es que da asco tanto control y tantas normas. Tenía 16 años, me faltaban unos meses para cumplir 17.

Más tarde, vinieron los coches que conduje en el ejército; básicamente Nissan Patrol y Land Rover Santana, cortos y largos, el 88 y el 109 creo recordar, que allí los llamaban de media tonelada y de 1/4 de tonelada, si la memoria no me falla. También llevé un Seat Marbella de una empresa de seguridad, y con ese coche, disparé con mi pistola de balines mientras lo conducía, así que fue de las primeras ocasiones que practiqué el arte de conducir y disparar a la vez, aunque ya lo hice antes con un toro elevador.
En una de mis numerosas salidas al campo. Pasamos muchas aventuras juntos.

Y entre unas causas y otras, pero principalmente por razones económicas, no me compré mi primer coche hasta la avanzada edad de 29 años, y fue un coche pequeño, humilde, no muy caro, y ya sabéis cuál es si habéis leído el título. Este coche, como curiosidad, era verde, y era un tono verde no muy distinto al de los coches del ejército; aunque es verdad que los jeeps de Infantería de Marina son de un verde muy oscuro. En fin, el caso es que la mayoría de coches que he llevado son de color verde; seguidos de los azules, entre los que están mi actual y segundo coche, y el Marbella de aquella empresa de seguridad.
Esta foto la hice en el 2012, un día de niebla en la carretera. Regresaba a casa después de enviar un paquete.

El Renault Twingo es uno de los mejores coches que hay, al menos en ciertos aspectos muy importantes: nunca me dejó tirado en medio de la carretera, era muy fiable, cómodo y ágil a la hora de conducir y de aparcar, y barato. Está claro que yo soy enemigo de la electrónica aunque me gusten los ordenadores, porque el Twingo y mi actual Ford tienen pocos marcadares electrónicos, y eso lo agradezco: cuántas más pamplinas tenga un coche, peor. Y eso ya lo sabéis muchos mejor que yo. Y aún peor si esas chorradas son electrónicas.

Con el Twingo pasé muchas aventuras. En realidad, lo compré por necesidades de un trabajo que me salió hace más de 15 años, en el que era mucho mejor ir en coche que en transporte público, ya que la combinación era malísima. Lo amorticé mucho, porque mientras estuve de vigilante en ese sitio, ahorré bastante, recuperando con creces lo que invertí en el Twingo. Quede claro, que los coches que he tenido hasta ahora eran de segunda mano, creo que vale la pena pagar menos, porque aún así el coche te puede durar bastantes años, sobre todo si no haces mucho el burro.
Foto tomada durante uno de los descansos que hice en el primer viaje que hice a Valencia con mi Twingui. Mi mujer llegó a subirse a él, pero no llegué a conducir con ella montada.

Después, el Twingo me llevó cuatro veces a Valencia, sin fallarme nunca, aunque haciendo algunas paradas para prevenir. Esas cuatro veces fueron viajes divertidos e inolvidables en los que empezaba a salir con mi dulce esposa, que estuvo trabajando en Valencia en verano del 2011.
En el aparcamiento de la residencia de estudiantes donde me alojaba los fines de semana que empezaba a salir con mi mujer.

Sería largo contar todo lo que hice con mi querido Twingo, pero con él, por supuesto, también hice lo de conducir y disparar a la vez, aunque en principio creo que es mejor no publicar el video de aquella peripecia. Y claro, metí ese coche por caminos de tierra y piedras, y muchas cosas que hice con él. Tampoco quiero contarlo todo, y creo que ya he contado demasiado.

El pobre Twingo me duró 11 años, ya tenía 9 cuando lo compré, y ya empezaba a sufrir más de la cuenta en las subidas, y le costaba mucho pasar de 110 por hora. Eso, y otras circunstancias que no quiero nombrar, me empujaron a darlo de baja, y con mucha pena. Quizá alguien me hubiera ofrecido algo de dinero por él, y de hecho un año antes una persona se interesó, pero en aquel momento yo aún necesitaba el coche.
Esta foto fue tomada en el parking que ahora pertenece a mi hermana. Si no me equivoco, fue tomada en el último año que tuve ese coche.

En fin, muchas gracias Renault Twingo (yo lo llamaba Twinguito, ya sé que suena cursi, pero realmente quería a ese coche). Creo que todos los coches, o casi todos, tienen algo especial, es como si fueran amigos nuestros, y lo que si son es compañeros de fatigas, y a veces de aventuras y de cosas divertidas. Quién sabe, quizá peco de exceso de sentimentalismo, pero a veces da la impresión de que todas las cosas tienen algo de alma.

En fin, de nuevo, muchas gracias, Twingui.

jueves, 13 de junio de 2019

Casualidades del fútbol y el deporte

Este articulillo que voy a escribir ahora, es de esos pocos que creo que tienen su lugar en mis dos blogs, por lo tanto, lo voy a postear en ambos sitios. Sí, ya sé que en la torre hablo más de lo que me gusta, y en la masacre ataco lo que odio, pero algunas cosas tienen cabida en ambos lugares. Al grano.

A ver, hijos míos, pensad un poco, porque os voy a poner varios ejemplos:

-Qué casualidad que el Real Madrid ganase 3 copas de europa (3 champions league) durante los 8 años que mandó el Aznar (estuvieron creo que 32 años seguidos sin lograrlo).

-Qué casualidad que el barsa-secta ganase otras 3 champions durante el mandato de zapatero (culé empedernido y fanático). Sólo ganaron otras 2 en toda su historia.

-Qué casualidad que el Madrid ganase otras 3 champions durante el mandato de rajoy (pasaron 12 años entre la última que ganaron con aznar y la primera con rajoy, no ganaron ni una durante zapatero)

-Qué casualidad que el farsa-secta ganase su primera copa de europa en el año de las olimpiadas de Barcelona.

-Qué casualidad que el chelsea (equipo de fútbol de Londres) ganase su ÚNICA champions league en el año de las olimpiadas de Londres 2012.

-Qué casualidad que en su día, y coincidiendo con su centenario, el RCD Español ganase la copa del rey, después de casi 60 años sin lograrlo.

-Qué casualidad que el Valencia también ganase la copa del rey coincidiendo con su centenario, aunque me alegro que hayan ganado al barsa.

-Qué casualidad que los pilotos españoles empezasen a hacer podios y victorias en la categoría reina del motociclismo cuando Dorna empezó a dirigir el mundial de motos en 1992.

¿Hace falta que siga? Si se me ocurren más ejemplos, los iré añadiendo, se agradecería mucho vuestra colaboración, poniendo más ejemplos.

viernes, 31 de mayo de 2019

Carrera en el Karting Cardedeu ( 10 de febrero de 2019)

Hola a todos. Ya que he gastado un montón de tiempo, dinero, y energía en esto de los karts  (y ya que es un mundillo interesante), pues voy a seguir escribiendo sobre ello, aunque poco más me queda por añadir después de esta entrada. Hoy, os voy a hablar de la carrera que hice en el Karting Cardedeu el 10 de febrero de este año. Quede claro que en esta carrera fuí el mejor de entre todos los pilotos que pesaban más de 80 kilos, y llegué a superar incluso a algunos que pesaban menos que yo, así que se puede decir que gané en mi categoría.

No me voy a extender demasiado. Era una carrera de nivel, porque los demás eran bastante buenos, y además casi todos eran jóvenes y estaban delgados. QUE QUEDE BIEN CLARO QUE CON LOS KARTS DE ALQUILER, EL PESO CORPORAL INFLUYE MUCHÍSIMO, Y LO NORMAL ES PERDER ENTRE 6 DÉCIMAS Y UN SEGUNDO POR VUELTA SI PESAS 10 KILOS MÁS, (según la pista). Así que imaginaos cuánto tiempo se puede perder si la mayoría de tus rivales pesan, no 10, si no 20 o más kilos menos. Algún listillo dirá que son excusas, pero lo cierto es que por lo menos 9 de cada diez de los pilotos más rápidos que yo en karts son más delgados que yo, normalmente bastante más.

Dicho esto, yo estaba bien preparado para esta carrera, y aunque el resultado no fue nada del otro mundo, fue una de las mejores carreras que he hecho, ESTA FUE LA CARRERA EN LA QUE MÁS ADELANTAMIENTOS HICE. Y si en lugar de ser una carrera de 15 minutos hubiera sido más larga, muy probablemente hubiera hecho algún adelantamiento más; aunque también es cierto que hubo algún lance de carrera que me benefició, y otros que me perjudicaron, así que no creo que hubiese habido mucha diferencia.

En la clasificación, sufrí muchísimo, y sólo pude salir el 13 de 14 participantes de mi grupo. El único chaval que quedó detrás mío estaba realmente...gordo, y me sentí frustrado, pero no me rendí. Ví uno que salía delante mío y me dije a mi mismo "a este no debería tener problemas en pasarle". Luego, en carrera, ya en la salida gané 2 posiciones, pero luego hice una pequeña salida de pista, que me hizo perderlas, y a remontar otra vez. Al final, me coloqué décimo, que era una posición que me parecía bien, pero aún quedaba bastante carrera, y a lo lejos, delante mío, había dos chicos que se estaban peleando: decidí ir a por ellos. Vuelta a vuelta, les fui recortando hasta alcanzarles y superarlos. Octavo, aunque desgraciadamente, uno de ellos volvío a adelantarme, y me quedé ya noveno. Intenté seguir a este, pero me dí cuenta que los neumáticos empezaban a patinar un poco, y decidí conservar la novena posición: no quería arriesgar más de la cuenta y perderla, porque tal y como estaban las ruedas en las últimas vueltas, era difícil recuperar la octava plaza, y fácil hacer otro fallo que me hiciese perder la novena. Y así acabé: noveno. Remonté cuatro posiciones, nada del otro mundo, pero bien. Quizá si no me hubiese ido por la tierra en las primeras vueltas, hubiera estado más cerca de los que iban más delante, pero da igual.

 Soy el de en medio, con casco rojo y negro y traje negro. En ese momento me coloqué noveno, cerca del final de la carrera, y aunque llegué a ponerme octavo, esa fué la posición final.


Decir que mi padre vió el video de la carrera, y me dijo que yo lo hacía bastante bien, pero no tenía opciones contra muchos que eran más delgados que yo: si te fijas bien, se nota un huevo que los karts llevados por chicos delgados tiran bastante más. Demasiado hice con adelantar a varios chicos más pequeños que yo, y a algunos los pasé porque mi pilotaje era mejor. Fue la carrera más divertida después de la que hice con la gente del chat GP500 hace muchos años, y repito: nunca hice tantos adelantamientos en una misma carrera (remontar es lo bueno de salir atrás).

Merece una entrada aparte, que si puedo escribiré próximamente, mi "agridulce" experiencia con los karts. Paradójicamente, ahora que piloto mejor que nunca, no he conseguido mis mejores resultados, pero al menos he conseguido la pericia y la destreza que buscaba desde hace tiempo, y conseguí eso gracias a mi kart Honda.